domingo, 24 de julio de 2016

Los dioses también comen chocolate

Primer Plato: 
Cacao, alimento de los dioses

    Las leyendas prehispánicas sobre la aparición del cacao en la tierra son diversas, pero tienen como punto en común la relación de este fruto con los dioses. Desde sus orígenes en la antigua civilización mesoamericana Olmeca, pasando por las civilizaciones Maya y Azteca, el cacao ha sido reconocido como un alimento extraordinario, debido a sus cualidades energéticas y terapéuticas. Fue en 1735, cuando el botánico Carlos Linneo le dio el nombre científico de Theobroma, que significa "alimento de los dioses". El cacao simboliza para los mayas vigor físico y longevidad. El chocolate se usaba con fines terapéuticos. Los médicos mayas prescribían el consumo de cacao tanto como estimulante como por sus efectos calmantes. Los guerreros lo consumían como una bebida reconstituyente, y la manteca de cacao era usada como ungüento para curar heridas.

En la composición química del cacao se encuentran los 8 aminoácidos indispensables para la alimentación humana. Presencia de minerales como el calcio, el fósforo, el magnesio y el potasio, necesarias para la regulación de funciones nerviosas, metabólicas y musculares. Sustancias presentes en el chocolate, como la teobromina, la cafeína, la feniletilamina y la serotonina, son estimulantes del sistema nervioso central y actúan como antidepresivos, proporcionando una agradable sensación de gratificación y placer, diluyendo el estrés. Activa el sistema inmunológico, contiene antioxidantes que contrarrestan la acción de los radicales libres.  Bueno para el corazón, la depresión, el asma, la piel seca, los dolores musculares, la retención de líquidos y la diabetes.

Pudiera seguir escribiendo muchas mas bondades del cacao, pero la mejor de todas es el placer que genera cuando lo comemos. Se recomienda consumir chocolate con alto porcentaje de cacao, de buena calidad y sin grasas adicionadas. Una manera sencilla y deliciosa de consumir cacao es agregarlo a la masa de las panquecas. Simplemente sustituyendo un par de cucharadas de la harina (de trigo, avena o arroz) por la misma cantidad de un buen cacao amargo en polvo, otorgando humedad y un agradable sabor, se puede obtener un magnifico postre o merienda. Agrega jalea de parchita y disfruta de un manjar de dioses.



Segundo Plato: 
Chocolate, alimento del corazón

   Si de algo no tenemos dudas es de la sensación placentera, casi mágica que provoca comer un suculento chocolate. Posiblemente sea cierta la leyenda que atribuye la aparición del cacao sobre la faz de la tierra, a deidades mitológicas como un regalo divino a la humanidad. Porque hasta los mismísimos dioses deben sucumbir ante el encanto de un chocolate. Ciertamente hay aromas, sabores, colores y texturas que nos conectan con el disfrute, con esos recuerdos alegres propios de la infancia, en donde las sonrisas y el regocijo se generaban con muy poco, incluso con una sola barrita de chocolate. De allí que los bombones estén relacionados con el amor, el cariño y la amistad. Son bocados de lo sencilla y placentera que puede llegar a ser la vida.

Yoga no es solo realizar posturas o âsanas, es un proceso de reconocimiento, de reencuentro con nosotros, con el darnos cuenta y permitirnos el bienestar. Volver a disfrutar con las pequeñas cosas de la vida, con las mas simples y sencillas, como niños. Estar atentos a las sensaciones, emociones y pensamientos como si fuéramos espectadores de nuestra existencia, permitiendo que todo fluya en el aquí y ahora. Estamos en una constante búsqueda de la felicidad en el afuera, en otros lugares o personas, dejando que las circunstancias sean las que marquen ese destino, y nos olvidamos que el camino es hacia adentro, rumbo al corazón. Enamórate de ti, disfrútate, regálate un chocolate y conéctate con todos los recuerdos y sensaciones que te genere saborear ese "alimento de los dioses". Sonríe, agradece, abre tu pecho y muéstrate tal cual eres, llena tu mente de imágenes agradables, alimenta tu corazón con amor y chocolate.


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